12.4.06

LA SEMANA MAYOR...


Aunque es poco el tiempo que en estos días me ha quedado para revisar mis entradas al blog quiero hacer una pequeña referencia a la semana santa que está corriendo actualmente. Tengo para recordarles que de mi niñez y de mi adolescencia aun guardo en mi casette algunos destellos y pasajes de esa época. Algo que siempre me impactó fue la dramatización que los viernes santos se realizaba en la ceremonia del desenclavamiento; y es que no era para menos cuando después de dos o tres extens´simas horas de sermón y cuando la gran mayoría de los asistentes cabeceaba por el sopor, cansancio, hambre, sed, inestabilidad, estres, etc y repentinamente se sucedía un alboroto de tamañas proporciones junto con el acompañamiento de los gritos, llantos y chillidos de pequeños y no tanto y la serie de estampidos de escopeta que para ambientar la tormenta que se pretendía escenificar o representar y el fuerte chasquido de un telón inmenso que al romperse dejaba a la vista de todos a Jesucristo y otra serie de personajes que saltaban peleaban se caían, rodaban, en fín algo apocalíptico pienso yo.

No niego que eso es algo que seguramente siempre recordaré y que solo en Chitagá he visto. Pero hay otra cosa que solo en Chitagá viví y experimenté. Los Jueves Santos eran de ensoñación o mejor de verdadera gastronomía; ahí es donde se acrisolaban las verdaderas gourmets de la cocina chitaguense, creo que nunca se comía tanto y tan rico como en los jueves santos, por algo se le conocía (conoce ?) como el día de los siete potajes, pero es que siete eran poquitos, si uno se pone a reseñar la cantidad de platos de tantas clases que engullía durante esa celebración veinte serían poquitos, nunca faltaba el masato, la chicha de ojo, los tamales, los pasteles de harinas de trigo con arroz seco y huevo duro, las arepitas, las galletas duras de leche, las almojábanas, las mantecadas, los dulces de platico y... pare de contar con los platos fuertes del almuerzo; pero es que ahí no para la cuestión como para dosificar un poquitin más tamaña tracalada de sabrosa comida la vecindad colaboraba, y de !!qué manera!! con los encargos que de sus mejores viandas participaban a nuestra hogar, y verdad que nada se quedaba sin ser catado y elogiado. Bueeeno y qué de las libaciones de vino, se han preguntado Uds. de donde se sacó esa costumbre de que los jueves todo mundo tenía que beber vino? pero es que los españoles se nos quedaban en pañales ante los galones del precioso líquido herencia del patriarca Noé, que destilabamos, !!Ah rascas y qué berracos ratones al otro día!!. Bueno no era para menos una excelente oportunidad para ir donce Crucito a degustar su inigualable guarapo y tomar pista para un piquetico y una nueva parranda...

Sea esta también una buena oportunidad para recordar y releer el libro de Cheo que es una peliculota de una semana santa chitaguense con un destacado elenco de artistas natos y excelentes; para quienes aun no lo han leido en la pagina www.geomundos.com/sociedad/almorzadero está el archivo, lo pueden bajar e imprimir (cortesía de la casa, mejor de Cheo), y también lo voy a vincular solito a Cascute.

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